lunes, 21 de mayo de 2012

Gilda (1946)

Gilda es una película de 1946 dirigida por Charles Vidor y protagonizada por Rita Hayworth y Glenn Ford. 




Charles Vidor fue un director de cine de origen húngaro cuyas películas a destacar son Gilda (1946) y Adiós a las armas (1957) basada en la novela homónima de Ernest Hemingway y protagonizada por Rock Hudson. Volvería a trabajar con el dúo Hayworth-Ford en 1948 con Los amores de Carmen.

En 1924 da el salto a los EEUU, trabajando en algunos musicales de Broadway y en la compañía Ópera de Wagner británica. Concluida esa etapa viaja a Hollywood donde comienza colaborando con el director británico Alexander Korda.
 
En 1931 se le da la oportunidad de dirigir su primer largometraje con la MGM. En 1933 ya como asalariado de la MGM rodaría su primera película en solitario. 

En 1939 rompe su compromiso con la MGM y firma un contrato con la Columbia Pictures. Es en esta etapa donde su carrera despega y goza de prestigio en el mundo cinematográfico. De esta etapa cabe destacar Gilda (1946). En 1948, tras dirigir a Rita Hayworth y Glenn Ford de nuevo en Los amores de Carmen, Charles Vidor tuvo una gran disputa que hizo que su contrato de 750.000 dólares con la Columbia se rompiera para volver a la MGM en 1949.

En 1956 funda su propia productora, Aurora Productions que no llegó a prosperar debido al repentino ataque al corazón que sufrió el director y que acabó con su vida.



Rita Hayworth cuyo nombre original era Margarita Carmen Cansino Haworth, era hijo de un bailarín español de ascendencia judío sefardí y de una bailarina de revista de origen irlandés e inglés. La pequeña Margarita creció en Brooklyn, en una familia con escasos recursos económicos donde la pequeña no fue motivada a ir a la escuela. Lo importante era conseguir dinero, así que comenzó a bailar junto a su padre desde los 4 hasta los 13 años. 

Tras el crack del 29, la familia de Margarita estaba más arruinada por lo que el padre decidió resucitar a su antiguo grupo de baile: The Dancing Cansinos cuya mayor estrella era la joven.

Rita Hayworth reconocería años después: "No me hacía mucha gracia", confesó ella más tarde, "pero no tuve el coraje de decírselo a mi padre y empecé a recibir clases. Ensayar, ensayar y ensayar, esa fue mi adolescencia".

No era lo único que le disgustaba a Rita de su padre, que la prohibía llamarlo papá en público. A padre e hija siempre los tomaban por marido y mujer. Cuando el padre bebía (cosa que hacía con mucha frecuencia) pegaba a su pequeña intentando no dejarle marcas visibles. Acostumbraba a encerrarla en su camerino durante los descansos de sus actuaciones y la protegía de los hombres porque la quería solo para él.

Solían actuar en Tijuana (México) donde el padre, esperando conseguir un buen contrato, dejaba ir a su pequeña con los peces gordos del mundo del espectáculo. Fue allí donde ocurrió el milagro y un ejecutivo de la Fox la contrató como la nueva belleza hispánica que sucedería a Dolores del Río, actuando en pequeños papeles.
Su suerte cambió cuando la Fox se convirtió en la Twentieth Century. El nuevo magnate, el legendario Darryl Zanuck, pretendió ejercer su derecho de pernada sobre su actriz (algo usual y aceptado en el Hollywood clásico) y al negarse ésta, la despidió. 

Todo parecía perdido cuando hizo su oportuna aparición Edward Judson, personaje habitual de la vida nocturna de la ciudad, que se casaría con ella en 1937. Fue el quien transformó a Margarita Cansino en Rita Hayworth. Cambió su apellido paterno (para hacerlo más yanqui) por el de su madre, Haworth. Al que añadió una “y” para diferenciarlo del tío de esta que también hacía sus  pinitos en el mundo de la interpretación. La hizo adelgazar, teñirse el pelo de pelirrojo e hizo retroceder (con electrólisis) el nacimiento de su pelo, próximo a las cejas, para despejarle la frente y resaltar sus ojos. Le elegía la ropa, hablaba por ella, iban a los locales de moda juntos y siempre estaban dispuestos para hacer reportajes.

Fue él quien consiguió un contrato para su esposa en la Columbia que necesita urgentemente estrellas importantes. Fue Rita Hayworth quién colocó a la Columbia entre las primeras compañías cinematográficas, reportando a la empresa muchísimos beneficios. No es de extrañar que su amigo Frank Sinatra dijera: “Rita Hayworth es la Columbia”.

Su primer papel fue como secundaria en la película de Howard Hawks: Solo los ángeles tienen alas (1939). Película protagonizada por Cary Grant.

Más tarde ingresó en la Twentieth Century Fox (donde años antes no había sido aceptada) y con la película Sangre y arena (1941), alcanzó el puesto de sex-symbol indiscutible durante toda una década. Además de convertirse en unas de la estrellas más influentes y una de las actrices mejor pagadas de la época. 

En los años posteriores destacan sus interpretaciones con números de baile con Fred Astaire y Gene Kelly.

Es en 1946 donde le llega el mayor éxito internacional y con su interpretación en Gilda consigue ser una de los mitos del séptimo arte. Se trata de la una de las grandes películas del cine negro y sus dos escenas: cuando Gilda se quita el guante mientras canta Put he blame on Mame y la escena de la bofetada de Glenn Ford.



La fotografía de Rita, recortada de las revistas, había acompañado a las tropas americanas en todos los frentes durante la Segunda Guerra Mundial y, al volver a casa, los soldados llenaron las salas de cine para ver a su ídolo en movimiento. Era tan famosa que el avión que lanzó la bomba nuclear experimental sobre las islas Bikini llevaba su imagen pintada en el morro; algo que molestó mucho a la actriz. Además se convirtió en “la Diosa del amor”.



A partir de ese momento se impuso la moda Gilda. Vestidos con escote sin hombros y tacones con tiras cruzadas como lucía la actriz en la película. Se había convertido en el mito erótico de todos los hombres de la época por eso Rita Hayworth decía: «Todos los hombres que conozco se acuestan con Gilda, pero se levantan conmigo».

En 1947 protagoniza con Orson Welles, se esposo desede 1943 hasta 1948, La dama se Shangai. En su día el film fue maldito pero resultó de enorme transcendencia. El público no aceptó ver a una Hayworth rubia con el pelo corto, que interpretaba a una arpía y moría al final de la película. Sin embargo forma parte de su mitología en el cine por su narrativa, estética y ritmo. La misma Hayworth declaró: “sabía que estábamos haciendo un clásico mientras la rodábamos».

Con Orson Welles tuvo una hija, Rebecca, que él nodeseaba. Rita Hayworth confesó a su marido sus dos mayores secretos: Su padre abusaba de ella cuando era una niña y aborrecía ser actriz. Orson Welles declaraba que “era mucho más guapa sin maquillaje”.



El actor se había enamorado de ella cuando en 1941 fue portada de la Revista LIFE. Cuando se conocieron ella tenía miedo de no estar a la altura de él. Welles contaba con la fama de ser un hombre inteligente y ella ni siquiera había ido al colegio.

En 1948 debido a las infidelidades del director el matrimonio conocido como “La bella y el cerebro llegó a su fin”.

Se casó en 1949 con el Príncipe Alí Khan (que en un futuro tendría un romance con Grace Kelly). Hayworth deseaba dejar atrás el mundo de Hollywood y conseguir de una vez la felicidad que tanto anhelaba. No fue así. Embarazada antes del matrimonio, creyó encontrar en su marido todo lo que deseaba para tener un matrimonio perfecto, una vida perfecta y un padre perfecto para su futura hija.

Se convirtió en alteza porque "Alí hizo posible su huida de Hollywood" según Orson Welles. También afirmó: "Su verdadero atractivo residía en que, gracias a él, Rita dejó de ser Rita Hayworth para convertirse en princesa consorte"

Harry Cohn, tiránico jefe de la Columbia que controló toda su carrera, la acosó durante años, obsesionado porque no accedía a sus pretensiones sexuales. En revancha, el magnate, que ganó millones con sus películas, la sometió a las mayores vejaciones. Por ejemplo, cuando ella entraba en su despacho, él iba al baño adjunto y orinaba sin molestarse en cerrar la puerta. Además, la obligaba a fichar todos los días, instaló micrófonos en su camerino y la hacía espiar todo el tiempo. No es extraño que Cohn fuera uno de los invitados de honor que excusó su presencia en la boda de Rita con Ali Kahn, el tercer matrimonio de la actriz, la más importante que tuvo jamás la Columbia. El productor no quiso pasar por el trago de tener que llamarla alteza, título que correspondía a su nuevo estado. La ilusión de la recién casada de no volver a ver al hombre que la acosaba ni pisar un estudio de cine duró poco.

El Príncipe era infiel a la mujer más deseada del mundo. Abandonaba a la mujer más bella del mundo para hacer nuevas conquistas. Según se dice, podía mantener la erección sin eyacular durante horas, gracias a las técnicas aprendidas en los burdeles egipcios.

Tras su divorcio, en 1953, Rita Hayworth entró en una espiral de destrucción, que incluyó dos matrimonios más, con Dick Haymes y James Hill-que abusaron de ella, obligándola a seguir trabajando, para vivir a su costa. Hubo también muchos amantes, algunos con acento español, en sus escapadas a nuestro país; como el conde de Villapadierna y, según se dijo, con Paco Gento, el jugador del Real Madrid. 

Durante las primeras fases de su enfermedad, alzheimar, la gente en Hollywood pensaba que tenía problemas con el alcohol. Incluso el propio Sinatra, le hacía crueles chantajes, a los que la actriz combatía con barbitúricos por miedo a la mafía. 

El mito Rita Hayworth se extinguió una fría mañana de invierno de 1976 en el aeropuerto londinense de Heathrow, cuando el mundo esperaba a la diosa del amor de los 40 y del avión sólo descendió una mujer irreconocible, envejecida, desaliñada, ausente y muy asustada. A Margarita Cansino le aguardaba aún un calvario de 11 años más, destruida por el mal de Alzheimer, antes de alcanzar la paz. 



Nunca fue nominada a un Oscar aunque entregó el Premio a la Mejor Dirección de 1964, antes de tener problemas de memoria. Cuando empezó a tener la enfermedad, estuvo un tiempo viviendo en Argentina (se pensaba que el clima era beneficioso para paliar la enfermedad). Murió un 14 de mayo de 1987, Glenn Ford fue uno de los portadores de su féretro.



 
Glenn Ford nació en Canadá pero debido al trabajo de su padre se traslada con su familia a EEUU a la edad de ocho años. 

Con 19 años debuta en el teatro y poco después rueda con la 20th Century Fox su primera película. Después firma con la Columbia un contrato, donde rodará unas 50 películas en apenas 18 años. En esta etapa actúa en una serie de westerns de bajo presupuesto. En 1946 alcanza la fama internacional con Rita Hayworth por su interpretación en Gilda.



El intento de repetir un éxito igual o mayor de la pareja fue un desastre. En 1959 pasa a ser parte de la plantilla de la MGM. Donde destaca su interpretación en Los cuatros jinetes del apocalipsis (1962) de Vicente Minelli. (Adaptación de la novela homónima de Vicente Blasco Ibáñez)

Nunca consiguió un Oscar pero sí un Globo de Oro por su interpretación en la comedia Un gánster para un milagro (1961).

Casado en cuatro ocasiones mantuvo largos romances con: Rita Hayworth, Joan Crawford, Brigitte Bardot, Debbie Reynolds o Judy Garland.

Además era mantuvo una gran relación de amistad con Rita Hayworth. Era considerado por sus amigos como un verdadero y gran amigo, y mantuvo un amplio número de amistades a lo largo de su vida como el matrimonio Reagan o Frank Sinatra.



Argumento:

Johnny Farrel (Glenn Ford) viaja a Buenos Aires donde se dedica a hacer trampas en el juego. Durante una partida nocturna conoce a un tal Ballin Mundson. El tal Ballin, propietario de un casino, saca a Johnny de un aprieto y decide darle un cargo en el casino. 

A partir de ese momento, Johnny Farrel pasa a ser un hombre de confianza de Mundson hasta que un día aparece Gilda (Rita Hayworth), la mujer de Mundson.

Ambos se conocen de antes y Johhny recuerda que fue ella quien lo empujó a acabar de esa forma.



Curiosidades:

Uno de los mejores comienzos con un primer plano en el suelo de unos dados.

Se cuenta que en la escena donde Rita Hayworth le da dos bofetones a Glenn Ford, ella puso tanto ímpetu que le hizo saltar dos dientes y Glenn Ford aguantó hasta que el director dijo ¡corten!

Tanto la canción Put the blame on Mame y Amado mío, no están cantadas por la protagonista. Rita Hayworth hace un playback, la voz real es de la cantante canadiense, Anita Ellis.

Glenn Ford recibió el Premio Donostia en el Festival de Cine de San Sebastián en 1987 (poco tiempo después de que su compañera de reparto falleciera). Eligió que Gilda se proyectara entre todas sus películas. El actor tuvo que abandonar la sala porque se puso a llorar al recordad a Rita Hayworth.

Según Glenn Ford, él y su compañero de reparto George MacReady (Bally Mundson) tuvieron que interpretar a dos homosexuales. 

Se cree que Johnny Farrell y Bally Mundson eran homosexuales ya que ambos frecuentaban zonas oscuras a altas horas de la noche. Al comienzo de la película ambos están en un muelle a altas zonas de la madrugada. De esta forma se vería a Gilda como una persona que se entromete en la relación de ambos.

El bastón también es considerado como un símbolo fálico y como una metáfora de la condición sexual de los dos varones. Mundson pregunta a Johnny que su bastón es su mejor amigo ya que habla cuando tiene que hablar y calla cuando tiene que callar. Además le pregunta a Johnny que no tiene sexo y que si prefiere que sea masculino o femenino. Farrel contesta que masculino porque así da menos problemas.



La escena del baile y cuando Gilda se quita un guante fue vista por la iglesia y la censura del franquismo como un striptease. Se suprimió esa escena. También se pintó encima del traje de Gilda para cubrirle los  hombros.

Los letreros comerciales fueron rociados con pintura roja para que no se viese a la actriz en pose sugerente o enseñando más de lo que debía.

La frase promocional de la película era “nunca hubo una mujer como Gilda”.

La aparición de Rita Hayworth levantando la cabeza y sacudiendo el cabello hacía atrás es una de las más famosas del cine y un gesto propio de la actriz.

La foto que se ve de Glenn Ford de pequeño se trata de su hijo.

La película abrió el primer Festival de Cannes.

Rita Hayworth hacía poco que había dado a luz a su hija por lo que tuvo que usar una faja para disimular su figura.


La canción "Put the blame on Mame" ocupa el puesto 84 de las 100 mejores canciones de películas según el American Film Institute (AFI).




Frases de la película:

“Si fuera un rancho me llamarían tierra de nadie”.

“Con tanta gente, se siente uno solo. ¿Verdad?”

 Rita Hayworth en Gilda.


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