jueves, 10 de mayo de 2012

Días de vino y rosas (1962)

Days of Wine and Roses es una película de 1962 dirigida por Blake Edwards y protagonizada por Jack Lemmon y Lee Reemick. La película fue nominada a cinco Premios de la Academia: Mejor actor principal, Mejor actriz principal, Mejor canción, Mejor dirección artística y Mejor vestuario. Ganado el Óscar a la mejor canción compuesta por Henry Mancini y letra de Johnny Mercer. La película fue nominada a cuatro Globos de Oro, tres nominaciones a los BAFTA y en el Festival de Cine de San Sebastián, Lemmon y Remick se llevaron el premio a Mejor actor y Mejor actriz, respectivamente. 

La película debe su nombre a estos versos:

Recoged las rosas mientras podáis
Largos no son los días de vino y rosas
De un nebuloso sueño
Surge nuestro sendero
Y se pierde en otro sueño.



Blake Edwards es la tercera generación de una familia dedicada a la industria del cine. Su carrera siempre ha estado relacionada con el mundo del cine. En esta industria ha sido guionista, productor, realizar e, incluso, actor en sus comienzos. Cabe destacar de su paso por la interpretación su presencia en Los mejores años de nuestra vida (1946) de William Wyler que obtuvo el Óscar a la Mejor Película. Además, paralelamente a su carrera como cineasta ha sido un destacado pintor y escultor. 

Comenzó siendo guionista en algunas películas de Richard Quine. Durante sus primeros años de carrera destacan sus comedias protagonizadas por Tony Curtis: El temible mister Cory (1957), Vacaciones sin novia (1958) y Operación Pacífico (1959) esta última protagoniza además por Cary Grant. 

Sería en 1961 cuando Blake Edwards alcanzaría la fama y prestigio internacional con Desayuno con diamantes. Un año después, en 1962, dirige Días de vino y rosas. Ambas con música de Henry Mancini y Johnny Mercer. Se trata de una película dramática basada en un drama para la televisión de John Frankenheimer. Edwards por segunda vez en su carrera había quitado la dirección de una película a John Frankenheimer, recordemos que este había sido la primera decisión de la Paramount para dirigir Desayuno con diamantes.
En 1969 conoce a la que sería su segunda mujer hasta su muerte en 2010, Julie Andrews. Juntos trabajarían en el musical Darling Lily (1970), La semilla del tamarindo (1973) y Víctor o Victoria (1982).

De su filmografía cabe destacar: Operación Pacífico (1959), Desayuno con diamantes (1961), Días de vino y rosas (1962) La pantera rosa y todas sus continuaciones, El guateque (1968) también con Peter Sellers y 10, la mujer perfecta (1979).

La colaboración de Edwards con Henry Mancini ha sido clave para crear todos sus clásicos y esas bandas sonoras inolvidables.

En 2004 recibió el Oscar Honorífico a su trayectoria profesional, su respuesta fue: “¡Qué bien! Ahora podremos completar el sujeta libros”. Aludiendo al Oscar de su mujer por Mary Poppins (1964).


 
Jack Lemmon comenzó su carrera como actor secundario tras haber servido en la marina, trabajado como pianista en Nueva York y haber hecho esporádicas apariciones en radio y en televisión. En 1955  consigue su primer Oscar como Mejor actor secundario por Escala en Hawaii. 

Tras aparecer en una serie de películas sin un papel importante, en 1959 consigue unos de sus mejores papeles y el papel que le catapultaría a la fama hablamos claro está de Con faldas y a lo loco (1959). Tras su mítica interpretación al lado de Marilyn Monroe y Tony Curtis, la carrera de Lemmon con Billy Wilder (director del film) sería impecable y recordada.

Aunque su interpretación fue nominada al Oscar, fue Gregory Peck con impecable e inigualable actuación de Atticus Finch quien se llevó el Premio por Matar a un ruiseñor (1962). 

 
Lee Remick debutó en el cine tras cursas estudios de interpretación en el famoso Actor’s Studio de Elia Kazan y Lee Strasberg que ha moldeado actores de la talla de: Marlon Brando, Montgomety Clift, James Dean, Anne Bancroft, Robert de Niro, Steve Mcqueen, Paul Newman, Jack Nicholson o Al pacino. Remick llegó a ser una de sus alumnas más destacadas.

Debuta en el cine en 1957 gracias al director de actores, Elia Kazan. De su filmografía destacan: Anatomía de un asesinato (1959) de Otto Preminger, Río Salvaje (1960) de Elia Kazan y La profecía (1976) de Richard Donner.

Aunque fue nominada al Oscar por esta interpretación (puede que una de las mejores o la mejor de su carrera) fue Anne Bancroft quien se llevó la estatuilla por su interpretación en El milagro de Ana Sullivan (1962).


Argumento:

Joe Clay (Jack Lemmon) es un agente de relaciones públicas al que le entretiene beber para pasar un buen rato. Desea contratar a mujeres para una fiesta en el yate de su jefe y por casualidad llama Kristen Arnesen (Lee Remick). Joe no sabe que se trata de la secretaria de su jefe y aunque al principio no congenian terminan enamorándose y casándose. Hasta ahí todo parece normal pero la afición de Joe por la bebida aumentará y lo que es peor, arrastrará a su mujer a la adicción. 

En los momentos en que el matrimonio está sobrio piensan en como dejar la bebida pero pronto abandonan esa idea al empezar a beber. Al final uno de ellos acude a Alcohólicos Anónimos para intentar solucionar su problema mientras su pareja se opone a esa decisión.



Comentario:

Para muchos críticos, esta es la obra cumbre de Blake Edwards por su manera de abordar el tema del alcoholismo. Es una de las primeras películas que muestra al alcohólico como un enfermo que debe ser curado y reinsertado. Billy Wilder con Días sin huella (1945) nos narró la soledad de un escritor que necesita a la botella como compañera en sus largas noches y como fuente de inspiración.

Aquí nos encontramos al prototipo de americano medio que bebe whisky por diversión sin descubrir que tiene un problema de adicción. Cuando Leemon y Remick van al restaurante, él pide un whisky mientras que ella no pide nada porque no bebe. A él esa actitud le molesta y le pregunta a su compañera que es lo que realmente le gusta. Remick contesta que el chocolate, así que Lemmon, muy avispado, le dice al camarero que prepare un cóctel de chocolate. Poco a poco va convirtiendo a su mujer en una alcohólica al igual que él. 

La escena cumbre de la película es cuando Jack Lemmon tras haber escondido una botella de whisky en el invernadero no la encuentra debido a su estado de embriaguez. Lemmon llora, grita y patalea como un niño. Rompe todas las flores, se arrastra por el barro en esa noche lluviosa y se deja llevar por su desesperación de no escontrar la botella.

Otra escena que cabe destacar es cuando Lemmon, sin dinero porque sabe que si lo lleva comprará alcohol, le pide al tendero que le fie una botella. El tendero lo toma por lo que es, un borracho y le niega la venta alegando que le hace un favor. Ante la negativa Lemmon rompe el cristal de la puerta de la tienda y consigue su botín. 

Estas dos escenas nos muestran la desesperación de un adicto, dispuesto a robar para conseguir su placer.

Y ¿qué me decís de la última escena de la película? Vemos a un Jack Lemmon triste, desesperado mientras en su ventana se reflejan las luces de neón que ponen BAR. Simplemente espectacular. 


Frase de la película: 

Tim salen ehmelin! Forma noruega para brindar que utilizan los protagonistas.


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